LA INCOMPETENCIA ES TANTO MAS DAÑINA CUANTO MAYOR ES EL PODER DEL INCOMPETENTE (Francisco Ayala)

viernes, 22 de junio de 2012

DOS SOLUCIONES ECONÓMICAS


Vivimos tiempos de crisis económica y de otras crisis bastante más peligrosas y dañinas, aunque no se hable de ellas, ni lo haré yo, al menos hoy. Como todos los días los medios de comunicación son monopolizados por esta única noticia y tengo la costumbre desde mi infancia de seguirlos, creo que ya he escuchado todas las posiciones y todas las perspectivas de las posibles soluciones, eso sí, rigurosamente encuadradas dentro del capitalismo ortodoxo que como ya sabemos es la única verdad rebelada junto al Espíritu Santo y el derecho de propiedad. Con todas sus variantes, considero que es posible, en un ejercicio de síntesis, englobar todas las propuestas en dos grandes grupos genéricos.


Unos, en abrumadora mayoría hasta hace unos días, abogan por el sacrificio según la tradición luterana, incluyéndose en este grupo toda la católica derecha española, y proponen el ineludible e inmediato pago de la deuda como medio de expiación de nuestros pecados y que asumamos la penitencia, aportación católica del remedio, en forma de penurias: paro, pobreza, enfermedad, ignorancia, inseguridad, emigración, peajes, esclavitud laboral, represión ciudadana y sumisión al poder. Hay alguna más, pero he dejado diez, como las plagas bíblicas, lo que me parece una analogía chachi para ilustrar este camino. Así, como en la Paz de Westfalia, quienes pierden son los países del católico sur e Irlanda, el patito feo y católico del norte, poniendo fin, espero que esta vez de forma definitiva, a la contrarreforma, con la aceptación, también después de 30 años como entonces, de la victoria de los poderosos norteños Reagan y Thatcher. arietes políticos de Milton Friedman y Friedrich Hayek, cuya labor han continuado con ahínco Clinton, Major, Bush, Blair, Aznar, Merkel, Sarkozy, Berlusconi, Zapatero, Obama y ahora Rajoy, bien apoyados por Volker, Greenspan, Bernanke, Wall Street , la City, Goldman Sachs, el Financial Times y, por supuesto, los medios de comunicación nacionales mayoritariamente afines en todos los países. Asumo que Zapatero y Obama parecería que no encajan en este grupo, pero el primero es responsable de haber tolerado y ampliado la burbuja inmobiliaria alimentada en la época Aznar y Obama ha preferido mantenerse en el sillón que enfrentarse a los poderosos grupos económicos neoliberales, renunciando así a tomar medidas que contribuyesen a invertir la deriva económica, ecológica y social a la que nos vemos abocados, limitándose a un suave maquillaje para tapar algunos granos y a intentar que no se le suba a las barbas el extremista y darwinista social y económico en que ha devenido el Partido Republicano.


Desde hace unas semanas tenemos un grupo minoritario y escasamente organizado, surgido a la estela de Hollande, y al que parece sumarse Obama, que apuesta por el crecimiento como solución de nuestros males y por Keynes como guía mesiánico redivivo, cual Moisés en su travesía del desierto. Esta apuesta estima que podemos salir del excepcional problema actual creando otro problema que nos libere del original. Así, poniendo a trabajar a marchas forzadas a la máquina de hacer dinero, comprando a través del BCE la deuda en manos de los mercados, aumentado sensiblemente la inflación y devaluando el euro podríamos disponer de recursos para disminuir el déficit, pagar la deuda y hacer que el crédito fluya hacia empresas y particulares. A esta opción se han adherido las respectivas oposiciones de los países rescatados o al borde del precipicio y en general la izquierda acomodada. Tampoco le hacen ascos los gobiernos de los países acosados, eso sí, con una pose meliflua más apropiada para una señorita en un folletín de Corin Tellado que de políticos talluditos que se autodenominan líderes.


Estas dos alternativas tienen la misma madre y lamentablemente el mismo final. Ambas nos conducen a otra crisis, con toda seguridad mayor. La propuesta neoliberal considera que es posible crear un cordón sanitario en torno a los leprosos del momento y aislar así de un posible contagio a los todavía sanos, pasarles algunos medicamentos en forma de créditos caros y rezar por su mejoría. Quieren hacernos olvidar que el causante del trastorno sigue libre, dispuesto a actuar y cada vez más fuerte. Esto se debe a que la enorme cantidad de dinero en manos del casino financiero no ha cesado de crecer y seguirá creciendo e inevitablemente buscará y encontrará nuevas presas. Mientras tanto, la superproducción y exceso de productos, en nuestro caso fundamentalmente inmobiliarios, convivirá con el desahucio de cientos de miles de personas que se sumarán a los ya condenados a las infraviviendas y a las penurias en todas las áreas de nuestras necesidades básicas. La variante socialdemócrata nos plantea diferir los aspectos más demoledores de la actual situación a la siguiente y próxima crisis, alimentando la especulación financiera y fortaleciéndola rápidamente ya que sabemos que el destino final del aumento de la masa monetaria iría en gran parte a los denostados mercados y que estos, como el escorpión del chiste, terminarían mostrando su carácter. Recordad las palabras que hoy mismo hemos oído a Donald Trump los que hayáis olvidado cual es la lógica del capitalismo.


Me sorprende que tras los billones de palabras dichas y escritas en relación a la crisis, sea tan infrecuente oir hablar de Marx, cuando sus palabras sobre las crisis del capitalismo creeríamos que se refieren a la rabiosa actualidad. “Un período de especulación desmedido acompañado de una superproducción invendible, da origen a una crisis financiera que inmediatamente desemboca en una crisis de la economía productiva”. ¿Os suena, verdad?, así describe Marx las crisis del capitalismo. Como yo no tengo ni idea de economía y hablo de oídas, comento esto porque me parece inconcebible el acuerdo monolítico en el que coinciden la aplastante mayoría de economistas, empresarios, políticos, reguladores y comentaristas de prensa, cuando todos sabemos de la dificultad que encontramos para hacer coincidir a nuestro grupo de amigos si los invitamos a cenar, y eso que van a comer y beber gratis. Creo que esta coincidencia unánime es el reflejo de la dictadura mental y publicitaria en la que nos movemos ya que aunque son posibles otras formas de organización socioeconómica y discutirlas solo precisa de atención y raciocinio, nuestra pereza y anquilosamiento mental ha llevado al proceso del pensamiento a ser una especie en vías de extinción, al menos a los ojos de quienes detentan los medios de comunicación, fácilmente sustituible por los formatos publicitarios disfrazados de columna periodística o monólogo radiotelevisivo de opinión que interesadamente evitan o denostan cualquier referencia que no se enmarque claramente en los mandamientos de la única fe verdadera, el capitalismo.


Nos ofrecen dos caras de la misma creencia y un único Dios verdadero, el capital. Dos soluciones al problema y un solo futuro, más crisis. Siempre adelante, sin un momento de duda, hasta el desastre final.


Es triste que mientras nos tienen entretenidos con la prima de riesgo, la Bolsa y esta crisis que solo esperábamos los que no somos economistas ni politólogos, nos obligan a obviar hechos trascendentales que están sucediendo en otras partes del mundo y que influirán muy negativamente en nuestro inmediato futuro.



NOTA: Aquí, en España, aprovechando que el Pisuerga pasa por la Moncloa y que la crisis es mala-malísima, nos han colado una generosa dosis de ideología tintorro party en forma de atentado laboral-abortivo-sanitario-educativo-privatizador-represivo y nos amenazan con doble o triple dosis si nos quejamos. Y esto no es economía, es pura ideología reaccionaria.

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