Hoy ofrezco la entrevista que publicó hace unos días La Voz de La Palma que creo os interesará.
¿Cree que la precarización de la sanidad pública es intencionada? ¿A quién favorece esa precarización aquí en La Palma y quién la propicia? Yo no creo que los medios, al menos económicos, de la sanidad en La Palma sean escasos. Al contrario me gustaría conocer cual es el gasto global por habitante y me sorprendería que no fuese mayor que la media nacional. Ahora bien, creo que la gestión de esos medios es errática y despilfarradora y así se produce la percepción de que es insuficiente. Puedo citarle como ejemplos de gestión derrochadora la compra de material quirúrgico sin tino; prescripción de medicamentos sin valor objetivo y nula presión para que se receten genéricos, tan eficaces como los de marca pero mucho más baratos; la estancia media de ingreso e incluso ingresos innecesarios; pruebas radiológicas superfluas bastantes de las cuales se realizan externamente; analíticas reiteradas y amplísimas, incluyendo los prescindibles marcadores tumorales que, a grandes rasgos, sólo sirven para atemorizar a los usuarios o a crearles la falsa impresión de salud, esto último, al menos es optimista; y la joya de la corona, la planta A0, que consigue dejar estupefactos a mis amigos y colegas de otros centros cuando les cuento que en ella se dejan ingresados pacientes, durante meses y años, con el alta hospitalaria firmada, al módico precio de unos 350 euros diarios –creo que ese es el precio actual de una cama de hospital- o lo que es lo mismo,127.000 euros anuales. ¿Quién dijo que hay precariedad? Antes de hablar sobre precariedad deberíamos enfrentar la gestión inadecuada y la mala utilización de los recursos disponibles. Tampoco deberíamos olvidar que una vez finalizado la atención hospitalaria se necesita disponer de forma imprescindible y complementaria con unos Servicios Sociales potentes y ágiles. No conozco como funcionan aunque la existencia de la planta A0 me hace sospechar que su gestión no es mejor que la sanitaria.
¿Es razonable tanta derivación de pacientes a centros concertados para la realización de pruebas? ¿No se podrían hacer estas en el Hospital donde hay un servicio de Radiología?
Una enorme cantidad de pruebas se realizan en centros privados, a mi entender de forma totalmente innecesaria e incluso sospechosa. Hasta hace unos días contábamos en el Hospital con 4 radiólogos que me parece un número adecuado para atender a la población de la isla. Es cierto que no tenemos RNM y a esos pacientes deben derivarse hasta que no se cuente con la infraestructura necesaria y no entro a valorar si sería rentable la compra de esos equipos. Respecto a ecografías, TAC o radiología convencional no me parece admisible que se derive ni a un solo paciente. Sobre las eco-doppler y la patología venosa podríamos tener una larga entrevista monográfica porque el tema da para ello y sólo citaré ahora que la mayoría de las que se realizan, en centros privados todas ellas, son sencillamente prescindibles e innecesarias y me hace recordar la respuesta dada hace muchos años por un empresario desaprensivo cuando le preguntaron para qué servían aquellas pastillas que comercializaba y el les contestó que a él le habían servido para ganar 5 millones de dólares aquel año.
¿Qué debemos saber los palmeros sobre la situación de nuestro Hospital en cuanto a personal y equipamiento?
En relación al personal hospitalario, creo que salvo excepciones puntuales su número es adecuado, al menos en lo que yo conozco; incluso tengo la sospecha que en áreas concretas, administrativas o asistenciales, se podría ofrecer el mismo resultado con menos trabajadores. Creo que Traumatología dispone de una plantilla corta y que precisa de algún otro miembro y no puedo olvidar que la situación que atraviesa el Servicio de Digestivo es lamentable y sin visos de solución a corto plazo. Incluso considero que los parches con los que han tratado de maquillar la solución acrecientan el problema. Han contratado a una persona que no atiende al perfil profesional requerido para el puesto ya que no tiene la experiencia necesaria en endoscopia que se precisa y están enviando a la consulta de Cirugía a pacientes pendientes de cita en Digestivo que alguien desde la zona de despachos elige no sé con qué criterio. A este paso pronto enviarán al oftalmólogo a los pacientes de otorrinolaringología, ya que sus zonas de trabajo también están próximas. No obstante, mi compañera, a la que también se le comunicó la no renovación de contrato el pasado día 20 de Junio, es una experimentada endoscopista, pero el Dr. Jiménez y los Directores Médico y Gerente prefieren tener como súbdita a una cirujana recién graduada y con una pareja que también estará agradecida por el esfuerzo que han hecho para contratarlos. En este punto quiero recordarle que no ha habido ni una sola queja por nuestro trabajo en el tiempo que hemos trabajado aquí y que incluso el Gerente manifestó públicamente en el Diario de Avisos, que habíamos hecho un buen trabajo. Quizá sea esta una muestra de cuales son los verdaderos problemas del hospital y donde se originan: “Han hecho un buen trabajo, por eso los despedimos”
En cuanto a equipamiento hay algunas carencias que creo que se deben más a desinterés e indiferencia que a falta de recursos para que estuviesen disponibles. Se podría contar con estereoataxia desde hace años y evitar traslados a Tenerife para hacer biopsias de mama, por ejemplo. Por otro lado, hay una inversión en material fungible inconcebible. Así, y esto lo conozco de primera mano, en material quirúrgico que previsiblemente no llegará a ser nunca utilizado y en el que es difícil pensar sobre los motivos de su compra sin ser malintencionado, tenemos decenas de miles de euros que terminarán caducados en un contenedor de basura. En general, en mi especialidad, usamos de manera habitual el artilugio más caro de la gama que hay en el mercado aunque no tenga prácticamente ninguna ventaja sobre otro más económico. Llevo un año y medio aquí con la sensación de que donde hay se gasta, derrochándose en material una gran cantidad de dinero. La responsabilidad del Jefe de Servicio es incuestionable ya que es él quien recomienda y solicita el material que considera necesario. Sus razones tendrá.
Usted llega a La Palma con la promesa de ciertas garantías laborales que han sido incumplidas, ¿por qué motivo?Realmente desconozco los motivos reales que nos han llevado a esta situación. Esta pregunta solo la pueden contestar aquellos que nos han engañado y que se han apresurado a colocar a sus recomendados con la connivencia posterior de los actuales responsables. La falta de seriedad y respeto con la que hemos sido tratados es inconcebible. Me he cansado de repetir que me siento como un emigrante recién salido de la patera que ha caído en manos de un empresario desaprensivo y que este, tras explotarle, se hace el ofendido y le echa a patadas mientras le llama desagradecido y otras lindezas.
Realmente, nuestra venida se debió estrictamente a razones personales y de calidad de vida, con la esperanza de poder disponer ocasionalmente de permisos de trabajo sin sueldo en aquellos momentos en los que fuera posible organizativamente. Ya ve, nuestra continuidad podría ser incluso un ahorro puntual para las cuentas del hospital.
Nos consta que en ciertas especialidades, los pacientes asumen que si entra un especialista bueno, este no dura mucho en el puesto. Cuando se corre la voz de que el nuevo es bueno, las consultas de los habituales se vacían, todos quieren ser atendidos por el nuevo. Corre la sospecha de que si este no “entra por el aro” se le hace la vida imposible hasta que se va. ¿Están en lo cierto los pacientes que creen esto?
Desde hace mucho tiempo contesto a preguntas similares diciendo que yo no sé quien es bueno y quien no lo es. Sólo en el caso concreto de especialistas en cirugía con los que haya trabajo asiduamente me atreveré a calificarlos. Sobre otras especialidades siempre digo que como no sé quien sabe más yo voy al que es mi amigo o me causa mejor impresión personal.
Dicho esto añadiré que los celos profesionales existen y que aquí los he visto. Si me da la oportunidad en otra ocasión le detallaré como funciona el Servicio de Cirugía y las cosas que se hacen para evitar que la tan cacareada relación médico-paciente se produzca. En este servicio no hay riesgo de que las cosas que usted cita puedan ocurrir ya que la no-programación anticipada de las tareas del servicio, hecha conscientemente con ese objetivo, hace imposible que haya una continuidad en la atención médica.
¿Por qué la sanidad privada tiene mejor publicidad que la pública, en el sentido de cómo la percibe el ciudadano?
En una isla pequeña como La Palma en la que no hay otros centros hospitalarios ni clínicas asistenciales me parece que sólo pueden percibir un trato más amable ya que pocos son los médicos que no trabajan para la Sanidad Pública y por lo tanto no debería haber diferencias.
¿Qué piensa sobre el hecho de que los profesionales de la sanidad puedan trabajar a la vez en lo público y en lo privado? Hay quien relaciona este hecho con el deterioro de la sanidad pública, pues detrás de ciertos centros concertados se encuentran profesionales que también ejercen en lo público y que presionan para que les siga llegando ese trasvase de dinero público.
Siempre he apoyado un buen sistema público de salud porque me parece justo y no debemos olvidar que existe una Ley de Incompatibilidades que el Ejecutivo debería cumplir. Los responsables del Sistema Público a nivel local deberían velar para que no hubiese colisiones entre sistemas. ¿Lo hacen?
La sanidad pública está sufriendo los recortes presupuestarios pero, ¿se recorta del mismo modo el dinero público que se desvía hacía la privada a través de los conciertos?
Mi sensación es que no. En el último mes he atendido a dos pacientes a los que se le habían realizado dos ecografías y dos eco-doppler en dos clínicas diferentes con unos días de diferencia entre las pruebas y todas ellas las pagaremos con nuestros impuestos. No parece haber mucho control. También he oído comentarios acerca de que el trasvase de pacientes para intervenciones quirúrgicas en centros privados sigue produciéndose al ritmo que era habitual pese a contar con quirófanos y personal disponible para realizarlas en nuestro hospital.
¿Qué pueden hacer los profesionales como usted desde dentro y los ciudadanos como usuarios del sistema para que mejore nuestra sanidad e impedir que se continúe con su privatización?
Yo ahora ya estoy fuera, en contra de mi voluntad, así que poco podré hacer, pero seguiré defendiendo la educación sanitaria desde el colegio, como forma de evitar el éxito a la gran cantidad de desaprensivos que se encuentran en los aledaños de la medicina y que con recursos variados intentan convencer, lográndolo muchas veces, a la población con su amplísimo muestrario de productos milagrosos que sólo son tales para sus bolsillos.
Sobre la privatización sanitaria puedo decir que espero que no progrese porque sólo lleva a incremento del gasto y a una distribución no equitativa del mismo. Es como la venta de Teléfonica, bajan las tarifas un año y la suben el resto de nuestras vidas, porque a unos pocos favorecidos les resulta muy interesante.
Con respecto al otro apartado de su pregunta, los usuarios, esto es, todos nosotros, solo podemos intentar no dejarnos engañar por falsas promesas, informarnos, resistirnos a la medicalización de nuestras vidas y como en otros aspectos de nuestra existencia exigir que la gestión de nuestros impuestos sea la mejor. Nuestra connivencia y desinterés es la fuerza de los desalmados y nuestro miedo el caldo de cultivo de actitudes caciquiles.
Si me lo permite, antes de despedirnos, me gustaría dejar constancia de ciertas sensaciones que tengo en relación con nuestro hospital. Hace unas semanas en una reunión previa a la celebración de un curso, con el director Médico presente, mencioné que me parecía ser este un hospital triste y no he cambiado de opinión desde entonces, me recuerda al tardofranquismo de mi niñez y primera juventud, su grisura. Yo creo que el ambiente de trabajo define el funcionamiento de una empresa y aquí ese ambiente se muestra enrarecido. Percibo la sensación de miedo en unos y de prepotencia en otros, de que hay una serie de barreras infranqueables colocadas por los pocos incombustibles del hospital, en su mayoría en puestos de dirección desde hace muchos años y que se consideran intocables y dueños de un cortijo particular que manejan a su antojo. Entre ellos, creo que se desprecian, pero bajo ningún concepto permitirán que alguien ajeno no se pliegue a los designios de unos de ellos porque esa sería una señal de debilidad que podría animar a otros a intentar modificar ese orden de cosas. Me viene a la memoria aquella famosa película “Uno de los nuestros”.
Un grupo sometido no va a demostrar empuje, entusiasmo ni ánimo para mejorar día a día su trabajo. Será incapaz de coordinarse como equipo y cada uno actuará por su cuenta con todas las desventajas que esto crea para el usuario. Individualmente cada uno estará más preocupado por proteger sus posaderas que por avanzar como colectivo, produciéndose como consecuencia un estado de marasmo comparable al de las sociedades totalitarias en el que muy pocos disfrutan de todas las ventajas ante la atonía de la gran mayoría. Un grupo así no reconoce la gran pérdida individual que representa funcionar en un sistema anómalo en comparación a hacerlo en un ambiente vivo, animoso, colaborador, entusiasta. No sé si los usuarios del sistema han tenido oportunidad de conocer otra cosa y por tanto de reconocer que otro hospital, mejor, es posible.
Permítame terminar con una nota de optimismo darles desde aquí mi pequeño homenaje a esos viejos luchadores con los que ni la senectud ha podido: Stephane Hessel, José Luis Sampedro, Edgar Morin, Francisco Ayala y tantos otros, mis respetos.