AQUÍ NO HAY QUE DEVOLVER NADA
“Aquí no hay que
devolver nada”. Las palabras del Sr. Goirigolzarri resuenan con
fuerza y condensan la ideología del autoproclamado mejor sistema
financiero de la Historia y de sus intrépidos adalides. Después de
solicitar 23.000 millones de euros para que todos los españoles
compremos una empresa ruinosa, nos comunican que no tienen que
devolver nada, ni exigir responsabilidades a nadie. Esta es su
ideología, que los pringados habituales cumplan su función y
paguen por Bankia una cantidad de dinero suficiente para comprar el
BBVA al precio actual de mercado.
Nos encontramos ante una
situación paradójica, el Estado, todos nosotros, endeudado hasta
las cejas y con evidentes dificultades para llegar a final de mes y
cubrir nuestras necesidades básicas, se ve obligado a aportar una
indecente cantidad de un dinero que no tiene, para evitar, se nos
dice, un problema mayor causado por unos banqueros que han demostrado
ser una pandilla, como mínimo, de incompetentes. Dar créditos
hipotecarios y de empresa es desde los albores de la banca comercial
la función básica que han desarrollado y en la que se supone que
tienen una gran experiencia. Pues no, si hubo experiencia, fue
olvidada. Algo así como si a un cirujano se le “olvida” como
extirpar un apéndice.
En la misma rueda de
prensa, el mismo sujeto exculpa a Rato por la “convulsión
regulatoria” que sufrió durante su presidencia. ¿Qué diablos es
una convulsión regulatoria?, “¿ Una epilepsia gran mal,
contagiosa y que afecta al inexistente sistema neurológico del
sistema financiero?, ¿ El efecto zapateril sobre las huestes de
Aguirre y Rajoy?, ¿Un virus extraterrestre de efectos mortales sobre
las cuentas bancarias?.
No tengo duda de que este
banco, comprado a precio de vellocino de oro, tiene mucho que
devolvernos. Debe devolvernos el enorme capital inmobiliario y de
suelo que hemos comprado, con el que recompensar a los menos
afortunados. Debe devolvernos una obra social encaminada a mejoras
sociales y no de grandes fastos como nos tenían acostumbrados. Debe
devolvernos una forma de gestión que prime a los sectores sociales
más desfavorecidos y se aleje de la especulación favorecedora de
las grandes fortunas y conglomerados financieros e industriales. Debe
devolver la dignidad que nos ha quitado.
Es también
imprescindible que se exijan responsabilidades a todos y cada uno de
los que han llevado a esta entidad hasta el agujero en el que se
encuentra. Muchos son los que deben responder por la creación de un
holding bancario de entidades en bancarrota, enmascarando una huida
hacia adelante y permitiendo hacer crecer esta gran bola de carísimos
despropósitos. Muchos son también los que deben responder por haber
llevado a la ruina a cada una de esas entidades, sociales según
dicen sus estatutos, tras hacer un ejercicio de mala praxis bancaria.
Muchos son también los que deben responder por haber designado para
tales responsabilidades a sujetos sin la menor valía, conocimiento o
ética y por haber jaleado sus desmanes sin el menor atisbo de
control. Muchos son también los responsables de que las cuentas de
Bankia hayan pasado de un día para otro de 300 millones de beneficio
a 3.000 millones de pérdidas, sin explicaciones, y que todos y cada
uno de los españoles tengan que aportar 500 euros, les guste o no y
cuando en muchos casos no tiene esa cantidad para cubrir sus
necesidades básicas. Muchos también, son los que deben responder
por haber vendido una empresa en bancarrota a incautos ciudadanos, ¿O
quizá el Sr. Rato no sabía hace unos meses, cuando sacó la empresa
a Bolsa, que Bankia valía menos que una boñiga en una perfumería?.
Creo que todos estos
supuestos incompetentes y negligentes no lo son tanto ya que todos
ellos han mejorado sus cuentas corrientes con jugosas cantidades,
aunque, sumadas todas ellas, sólo representan una pequeña parte del
embolado que nos han dejado como herencia. ¿Era necesario tal
desaguisado por causa de su vanidad y codicia?.
Bankia tiene mucho que
devolver y nosotros, Vd. también Sr. Goirigolzarri, muchas
responsabilidades y dinero que exigir.